Sí, has leído bien. He puesto feliz ano nuevo. Ano. Sin ñ. No es
un error del corrector ni un fallo mío. He escrito ano
conscientemente.
Y lo he puesto porque estos últimos días del año la frase que más
he escuchado es: “Que ganas tengo de que acabe ya este año de una
vez y que empiece el nuevo”. Como si en el nuevo año no nos vayan
a dar por saco igual.
Este año nuevo (como todo el mundo) tengo intención de hacer más
deporte, aprender inglés, o alemán, o mandarín; viajar mucho más,
decir te quiero a todo el mundo, comprar la colección del
“maravilloso” mundo de los minerales sin dejarme ni un puto
fascículo y untarme bien con vaselina para que no me duela tanto.
Hacer todos mis originales propósitos para el nuevo año y que nadie
me ha metido en mi cerebro con un bombardeo constante de mierda
mediática.
Por qué...cuantos de nuestros sueños y esperanzas sobre la vida son
realmente nuestros ? Cuantas cosas hacemos porque la sociedad nos lo
ha dictaminado ? Que es lo correcto y lo incorrecto ?
Solo sé una cosa. Citando a Agorer: “ Cuando deseas una cosa con
mucha fuerza al final te comes una mierda !!”
Y es que el país tampoco acompaña.
Nuestros estimados y honrados políticos nos han dado bien por el ojo
de mordor (Mordor: tierra donde rara vez llega la luz del sol) (Ojo:
de ojete), no hace falta repetir sus actos. Pero este año la cosa
empieza mucho mejor. La ley de Propiedad Intelectual y la conocida
como ley mordaza están diseñadas para acallar cualquier voz que se
alce contra el gobierno.
Pero a mí no van a callarme. Nos están llevando a una dictadura
encubierta donde nos tengan bien contentos atiborrados de fútbol
pero donde la cultura tenga el iva más alto. No voy a callarme.
Pienso gritarlo bien alto. A menos,claro esta, que me den un sobre con
una buena suma de dinero. Entonces me callo. Porque claro, somos unos
corruptos. Y nos importa una puta mierda lo que le pase al del al
lado mientras yo pueda tener un móvil 4G con una cámara con 11 mil
megapixeles capaces de hacer fotos súper chulas de mi lado atrevido
y mi postureo en el baño de mi casa.
La esperanza es lo último que se pierde. Eso dicen. Y es cierto.
Porque antes perdemos el orgullo, la dignidad y hasta la misericordia
hacia los demás con tal de que nos tiren un hueso del que poder roer
las sobras. Y es que estamos amaestrados. Nos han doblegado hasta el
punto de soñar con lo que nos venden. De tener miedo a decidir. Al
cambio. Nos han enseñado a hacer lo peor que puede hacer el ser
humano. Nos han enseñado a conformarnos.
No somos conformistas. Somos luchadores. La raza humana ha
evolucionado a través de la lucha. Del no conformarse. Del aspirar a
algo mejor. De querer que tú y los que quieres estén mejor. Pero
claro, que bien se esta en el sofá mientras hacen girar el mundo al
ritmo que más les conviene.
Despierta. Llegarás hasta donde te dejen y harás lo que te dejen
hacer. La libertad es una quimera que nos venden con imágenes
juveniles, emocionantes y refrescos de cola.
La verdadera libertad reside en la mente de uno. Debajo de toda la
programación que nos han metido queda un rincón oscuro donde uno es
libre. Donde uno se puede cuestionar las cosas. Donde los
convencionalismos no existen y donde la ética y la moral son
personales.
Pensamiento crítico.
Es algo que practicaban en la edad clásica. Algo que nos han
intentado borrar generación tras generación pero que es tan
intrínsecamente humano como el habla y que los niños pequeños
hacen continuamente.
Preguntar por qué.
Por qué las cosas son así y no de otra manera. Y pensar si de la
otra manera no irían mejor las cosas.
Pensar, cuestionarse y probar. Perder el miedo al cambio.
Nunca aparecerán cosas nuevas en la vida de uno si no es capaz de
aceptar el cambio. De adaptarse a él y hacerlo suyo.
Así que este año puedes seguir compadeciéndote de ti mismo,
echandole la culpa de tus males a que es un mal año, a la mala
suerte o a los Diminutos. O puedes levantarte del sofá y luchar por
lo que quieres.
Seguramente seguirás como hasta ahora.
Y por eso te deseo Feliz ano nuevo.
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